El doble discurso

¿Habéis presenciado una escena de doble discurso?
Pues yo sí, el jueves en el autobús. Fue más o menos así:
Imagina, autobús de regreso a casa. Lleno de gente, imposible sentarse. Sube un ciego con su perro guía. Todos se revolucionan, buscando un sitio para el ciego. Nadie se lo cede. Y una mujer de las que estaba sentada, comienza a comentar con sus tres amigas, que también disfrutaban de las bondades de un cómodo asiento:
- Os habéis fijado como nadie es capaz de cederle el asiento al ciego
- Si, que vergüenza. Pobre hombre que se tendrá que ir de pie todo el trayecto
Y otras tantas frases del mismo estilo. Yo iba escuchando música tranquilamente, hasta que no pude evitar cabrearme por la situación. Si tanta vergüenza les daba y no comprendían porqué nadie cedía su asiento, alguna de las cuatro víboras ridículas podría haber dejado de expulsar veneno por la boca y podría haber levantado su culo del asiento para hacer lo que nadie era capaz de hacer.
Pero no, eso era demasiado pedir. Lo mejor era comentar a viva voz la falta de civilidad de los demás, mientras ellas, las reinas del saber estar y del comportamiento social perfecto, se lamentaban de las desgracias de los demás, sin ver ni siquiera lo desgraciadas y patéticas que se veían.
¡Pena me dan!
(se que es un poco tóxico, pero es que peor fue presenciarlo)

0/Post a Comment/Comments

Artículo Anterior Artículo Siguiente