"Bienvenidos al norte" (2008)

La comedia francesa siempre ha tenido mucho que decir en comparación a las de otros países, porque en general muestran con desenfado y con un estilo muy particular, hechos cotidianos en los que podemos vernos representados de una u otra forma. "Bienvenidos al norte" ("Bienvenue chez les Ch'tis"), es una buena muestra de ello.

La cinta tiene una mirada fresca y tierna sobre los prejuicios, la amistad y el amor. En ellos, basa una historia muy cercana y que conquista desde el primer momento. Un hombre que vive en el sur de Francia, con su mujer y su hijo, es destinado a una pequeña localidad del norte del país, donde tendrá que pasar al menos dos años.

Es aquí donde uno se da cuenta de que las ideas preconcebidas forman parte de nuestra vida diaria, dando por sentado que cosas que no hemos visto, son de tal o cual manera. Con una idea negativa en la cabeza, el nuevo encargado de Correos llega al pueblo de Bergues a cumplir su "condena", encontrándose con encantadores compañeros de trabajo, un cómodo lugar en el que vivir y otras cosas, aprendiendo que los prejuicios no son más que leyendas urbanas.

No voy a contar nada más, porque el resto hay que disfrutarlo. "Bienvenidos al norte" se ha convertido en su país en un fenómeno de taquilla y ha despertado el interés turístico de la zona que representa con tanta gracia y cercanía el actor-director-guionista, Dany Boon. Las razones se explican en que ha contado una historia muy simple, pero de la mejor forma: con una comedia entrañable, llena de buenísimos momentos cómicos sin reducirlos a los gags de flatulencias o pestilencias, y apoyándose en un efectivo grupo de actores.

Sólo me queda por decir que hace tiempo que no me reía tanto con una película y disfrutaba con la sencillez de un buen momento de cine. Para los entendidos -o los que quisieran serlo- seguro que no les parece una obra de arte. A mí tampoco, porque no lo necesita. De la misma forma que no necesita ser más profunda ni ahondar en las relaciones jefe/empleado, madre/hijo o de pareja. Solamente requiere mantenerse fiel a su espíritu: el ser una comedia cotidiana, graciosa, liviana y entrañable.

Importante: quedarse hasta el final de los créditos, aunque es algo a lo que todos deberíamos acostumbrarnos a hacer siempre.

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  1. ¡Cómo me gustan estas (grandes) historias mínimas, sean francesas, uruguayas o kenianas! ¡Qué gran recomendación, amigo! ¡Cuánta risa compartida! Un beso enorme

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