¡Odio la burocracia!

Como odio la burocracia y sus manifestaciones. Creo que son una pérdida de tiempo innecesaria y poco práctica.

Mi tragedia comenzó en octubre con el vencimiento de mi tarjeta sanitaria. Pues como estaba en proceso de cambio de casa, no podía sacarla porque tenía que estar empadronado (inscrito) en el nuevo domicilio, según me dijeron en el Centro de Salud después de hacerme ir dos veces con papeles distintos. Tres intentos más tarde, logré dar con la persona que daba soluciones en vez de poner más obstáculos y, por fin, logré completar el primer trámite: el empadronamiento.

El siguiente e inmediato paso fue ir al Centro de Salud a renovar la tarjeta. Después de esperar casi 30 minutos a ser atendido para pedir "cita" (¿hay alguna palabra más cursi?) y poder renovar la tarjeta, me dicen que NUNCA se ha necesitado pedir cita (cosa que sí me obligaron las dos veces anteriores) y que además del Padrón, ahora necesitaba un certificado emitido por la Seguridad Social, que confirmara que estaba "en activo" en el sistema. ¿No me lo podían haber dicho antes? Es decir, ahora tengo que pegarme un plantón otro día de estos en la SS (que siglas más históricamente llamativas), para que un papel establezca que pago todos los meses religiosamente parte de mis ingresos y poder acceder a un sistema de salud que no me ha servido de nada en los 5 años que llevo aquí.

Y digo que no me ha servido porque la única vez que fui al médico para pedir una baja laboral, con la única finalidad de no perder días de sueldo, la muy "médica" me mandó a casa diciendo que era "un hombre fuerte" y que "podía trabajar perfectamente". En ese momento, tenía 40º de fiebre, estaba sin voz y trabajaba de teleoperador (ojo al detalle de la voz) y frente a una pantalla todo el día. Es decir, que la yegua estaba muy acertada en su diagnóstico, tanto así que al volver a trabajar al día siguiente, me enviaron a casa por ser un "peligro" para la plataforma (por el alto nivel de contagio), por supuesto, perdiendo dos o tres días de sueldo que, en ese momento, era una parte importante (eso será tema de algún otro post).

En fin, que estoy intentando armarme de paciencia, porque aún me queda la renovación de la tarjeta sanitaria y del DNI. ¡No quepo en mí de gozo!

3/Post a Comment/Comments

  1. Anónimo16:06

    te comprendo te acompaño pero hay que hacerlo y como te decia yo tengo una regla, lo que no quiero ni me gusta hacer y DEBO hacerlo lo hago YA para quedar tranquila
    mamá

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  2. Pues si eso te parece interesante, no quiero ni hablar de las universidades y las asquerosas matrículas. Para empezar jamás abren a la hora que dicen, no vaya a ser que no hagan esperar a los que nos hemos plantado ahí puntualmente porque (¡sorpresa!) tenemos que hacer otras cosas durante el día. Las fechas son las más adecuadas, varían del 22 de julio al 3 de agosto, por si acaso se te ocurría la idea de irte de vacaciones. En fin...en estos momentos es cuando me planteo cosas como el sentido de la vida, a dónde vamos y qué somos.

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  3. Estoy contigo. Aunque mi experiencia ha sido más desastrosa con la UNED. Todavía estoy esperando dos respuestas: una desde el año 2008 y otra del primer cuatrimestre de 2009-2010.
    No hay nada peor que la burocracia, el papeleo absurdo y las ganas de echarnos a perder el día. Sólo puedo darte todo el ánimo del mundo...

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