Una de las cosas que más recuerdo de los comienzos del taller literario el año pasado -sólo ha pasado un año y ya parece toda una intensa vida- era que cada uno tenía su color y que había que respetarlo.
Cada vez estoy más de acuerdo con eso: somos diferentes, distintos, desiguales, individuales, únicos. Nuestro color va más allá de una limitada gama cromática. Más bien somos una paleta llena de ellos: unos días azules, otros naranjas, otros negros, otros blancos, otros rojos.
Y como tampoco me gustan las etiquetas, no podría individualizar a nadie en un único color. Sería restar posibilidades a una vida que tiene tantos matices, tantos tonos distintos. Prefiero pintar mi mundo con todos ellos para evitar una vida gris y aburrida; una vida blanca y sosa; una vida negra y agobiante; una vida naranja y excesiva; una vida azul y nostálgica; una vida roja y abrumadora.
No sé porqué se me viene a la mente una cita de una película: - "¿Crees que no tengo sentimientos? Soy una actriz, los tengo todos". Quizás la relaciono con la gama de colores que llevamos puesta. Muchas veces tratan o tratamos de identificarnos con una sola cosa, con un color, con una idea. Pero somos un manojo de contradicciones, de paradojas, de incoherencias. Quizás deberíamos decir: "Somos personas, seres humanos. ¡Tenemos todos los colores!"
Al menos yo, creo que cada vez me siento más cómodo con el arcoiris que llevo conmigo.
Cada vez estoy más de acuerdo con eso: somos diferentes, distintos, desiguales, individuales, únicos. Nuestro color va más allá de una limitada gama cromática. Más bien somos una paleta llena de ellos: unos días azules, otros naranjas, otros negros, otros blancos, otros rojos.
Y como tampoco me gustan las etiquetas, no podría individualizar a nadie en un único color. Sería restar posibilidades a una vida que tiene tantos matices, tantos tonos distintos. Prefiero pintar mi mundo con todos ellos para evitar una vida gris y aburrida; una vida blanca y sosa; una vida negra y agobiante; una vida naranja y excesiva; una vida azul y nostálgica; una vida roja y abrumadora.
No sé porqué se me viene a la mente una cita de una película: - "¿Crees que no tengo sentimientos? Soy una actriz, los tengo todos". Quizás la relaciono con la gama de colores que llevamos puesta. Muchas veces tratan o tratamos de identificarnos con una sola cosa, con un color, con una idea. Pero somos un manojo de contradicciones, de paradojas, de incoherencias. Quizás deberíamos decir: "Somos personas, seres humanos. ¡Tenemos todos los colores!"
Al menos yo, creo que cada vez me siento más cómodo con el arcoiris que llevo conmigo.
Clap clap clap!!!!!!!
ResponderEliminarÚltimamente me doy cuenta de que hay gente a mi alrededor que sólo viste (metafóricamente hablando) de negro y tiñe todo de ese color. Caras largas, quejas, ausencia de sonrisas, malas palabras, respuestas bordes... Trato de huir de eso y mantener, como tú dices, todos los matices del arcoiris, todos esos colores que llenan nuestra vida justamente de eso, de vida.
Un beso grande, chiquitín. Y no trabajes tanto...
Tomás te había escrito un largo párrafo sobre los colores. Lo borraste?????????
ResponderEliminarno me da para hacerlo de nuevo
Mamá
Las hermosas flores que el Señor puso aqui para nosotros nos dan la pauta para ver que los colores son y deben ser parte de nuestra vida, en todo sentido. Te imaginas flores de un solo color??????????Ni siquiera que fueran de las alegres tendría sentido; deben de ser variadas para hacer interesante un jardín y sobretodo el jardín de la vida. Tal como te decía cada uno de uds. 3 son flores de diferentes colores pero que hacen nuestra vida FABULOSA.
ResponderEliminarImagínate ahora con 5 flores chiquitas y recoltosas. Cada una diferente pero imprescindible
Mamá
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