Revolución en Internet

Llevamos mucho tiempo escuchando cosas sobre las redes P2P y el intercambio de archivos en Internet, que violan la propiedad intelectual y los derechos de sus creadores. Ahora, la idea que se baraja oficialmente en algunos países europeos sobre restringir o cortar el acceso a la Web no sólo de los responsables de ofrecer los archivos, sino de quienes hagan uso de ellos, comienza a echar su sombra sobre España y ha provocado una crisis muy profunda en el propio Gobierno, además que ha levantado una nube de polvo entre los usuarios que no pasará en un buen tiempo.

No estoy muy puesto en el tema ni me he informado mucho (no he tenido el tiempo necesario) y la verdad es que es un asunto que me crispa tanto el ánimo que prefiero evitarlo. Por un lado me parece una bestial forma de censura el que se piense cerrar o restringir el acceso a un blog, el mismo que puede tener el "secuestro" de una publicación o el corte de un programa de televisión. Por otro, un esfuerzo inútil en una lucha contra una aventajada tecnología que siempre ofrecerá alternativas a la legalidad.
La solución al problema no es otra que dejar de engañar a la gente, a los usuarios que mantenemos con esfuerzo a toda la bien llamada industria del entretenimiento y que se lucra excesivamente de nosotros. La cultura y lo que la rodea (seamos honestos, no todo es CULTURA) es cara, tiene una carga impositiva absurda y unos precios que, en ocasiones, llegan a las nubes. No pueden pretender que una persona que cobra mil euros al mes pueda gastarse 100 o 200 euros mensuales en música, cine, DVD o espectáculos en vivo.
Actualmente, el precio medio de un CD ronda los 15-16 euros. Si calculamos que cada semana salen más de veinte o treinta, ya los resultados no cuadran. Lo mismo con el cine, que ronda los 7 euros por sesión, cuando muchas de las veces las películas son un bodrio. Y para qué decir de algunos conciertos que superan los 40, los 80 y los 100 euros con facilidad, por no mencionar el precio de los musicales, del teatro y de la ópera. ¿Cómo es posible que se mantenga una "industria" así en tiempos de crisis? Yo lo veo difícil. Pero en vez de rebajar precios y pensar en el consumidor, lo que han decidido es ir en su contra, joderlo todavía más.
Absurdas resultan las medidas de la SGAE (la sangrante sociedad general de autores) de cobrar "extras" en bodas, fiestas, bares y restaurantes por tener la radio puesta o por usar música por la cual ya ha pagado el consumidor. Diabólicas me parecen las sanciones a algunos usuarios que han puesto archivos en las redes P2P para compartir, que superan los miles de euros. Nefastas me parecen las intenciones de restringir o cortar el acceso a Internet.
Lamentablemente, estamos ante un grupo cada vez mayor de incapaces corporativistas, que sólo buscan el lucro personal y no piensan en la manoseada cultura de una forma distinta al negocio. Reprochable es la gestión del Gobierno en esta materia, porque supuestamente se han retractado de sus intentonas de censura, pero de una forma tan poco clara, que espero no sorprenda a nadie en los próximos meses, cuando calmadas las aguas, vuelva a la carga con sus propuestas, tras la presión económica y política de los interesados.

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