Encuentros y desencuentros

Por esas cosas del destino, coincido en Madrid con un amigo, ex compañero de colegio, al que no veía hace un poco menos de la mitad de nuestras vida. Lo mejor es comprobar que el tiempo pasa, que ya no somos los mismos, pero en el fondo, seguimos teniendo algunas cosas en común y vamos descubriendo otras nuevas. Recordar viejas historias sin mayores explicaciones siempre es agradable, por eso del lenguaje común y de unos personajes conocidos.
Nos seguiremos viendo cuando terminen mis exámenes y tenga algo más de tiempo libre, para seguir disfrutando de gratos encuentros por la ciudad.

Los desencuentros, por el contrario, fueron el el camino de vuelta a casa. Nada peor que un autobús lleno de gente para darse cuenta de la mala educación que reina en las calles. Y lo paradójico es que esa actitud no viene de la gente joven como suele asumirse, sino de los viejos y viejas (no se les puede llamar ni adultos mayores ni usar otra fórmula de cortesía cuando no se le merecen) que se creen con un derecho adquirido por edad para adueñarse de los espacios públicos, asientos, pasillos, bajadas y paradas de autobús.
Lo primero, es no respetar el orden de llegada y la facilidad que tienen para colarse -y si es necesario, empujarte- y pasar antes que nadie. Con lo fácil que es esperar y dejar que alguien les ceda el paso. Hoy un viejo casi me "baja" del autobús por su urgente necesidad de salir, arrastrando lo que sea necesario, sin pedir perdón por su actitud. No contentos con eso, en la parada siguiente, otro viejo le gritó a una señora para que se "quitase de en medio", es decir, para que él pudiese bajar antes que nadie.
Una actitud cívica no tiene edad y si ellos se llenan la boca con la falta de respeto de una juventud cada vez peor, quizás lo mejor sería que se mirasen un poco el ombligo para estudiar sus actitudes frente a la sociedad. Ahora mismo recuerdo a una mujer en el metro, con la que coincidí un par de veces, que entraba gritando al vagón para que le desocupasen un asiento, además uno en particular cerca de la puerta, sin importar quien estuviese allí sentado. ¿Es eso una sociedad moderna y civilizada? No, no es más que una sociedad con intenciones de serlo.

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  1. Este mismo debate sería aplicable al supermercado, donde en noviembre tuve una discusión similar con un señor que, obviando toda la cola (era una común para dos cajas), se situó en una caja que él consideró vacía. A pesar de los comentarios que le hicimos varias personas allí, el tipo se hizo el sordo hasta que nuestras palabras le hicieron reaccionar y empezó a soltar todo tipo de groserías. Yo le espeté justamente eso: que luego hablan de la gente joven y su falta de respeto, cuando había mayores que faltaban el respeto a los demás. No hubo caso. El señor se coló sin que nadie pudiera hacer nada, pero se formó una especie de motín en la que un montón de mujeres mayores me daban la razón jajajaja...

    Besos. Y dime a qué parada hay que ir para hacer que parezca un accidente jajaja...

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  2. Jajajaja... ya te avisaré. Recuerdo tu incidente del supermercado... nos organizamos y vamos juntos a hacer que parezcan accidentes!! :o)

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  3. Anónimo14:34

    Primero me alegro por el encuentro con tu compañero, ya me contarás quien es y segundo asi es no mas, pero gracias a Dios no somos menuditos siempre pregunto si SOY INVISIBLE'''''''' porque yo estaba primero y ud. debe esperar. o no empujar o no lo que sea.
    Ahora como ando con mi bastón me instalo en la caja de embarazadas, 3era edad y minusválidos y corro a los que no calzan en esto Me encanta y de adrede me voy a esa caja aunque todas las demas estén vacias. O sea mi artrosis sirve o no sirve???????????
    Pero que las personas estnán cada día menos GENTE es otra gran verda
    Mamá

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