Algo de lo que pasó en 2010

Y se viene la época de recuerdos. Entramos en la última semana del año y, como siempre, es útil volver la vista atrás y recuperar algunos hitos. Creo que este año no me centraré en ninguno en particular -salvo que durante la semana me invada la musa de los ranking- y haré una vista general de lo que ha sido este 2010.

Chile estuvo en el centro de las miradas internacionales desde el segundo mes del año: gran terremoto, el quinto de la historia, en la zona centro-sur del país. Se llegó a hablar de más de 1.500 muertos, pero la cifra oficial pronto rebajó las peores estadísticas. No fue un nuevo Haití en cuanto a magnitud social, pero en cuanto a magnitud telúrica, fue lo más de 2010. Cambio de mando presidencial, a los pocos días, con ceremonia movida y caras de susto. Más tarde, los mineros. 70 días bajo tierra que terminaron casi en una especie de reality show al momento del rescate con una audiencia, dicen, de más de 1.300 millones de espectadores en todo el mundo, es decir, 1 de cada 4 habitantes del globo, lo vio en directo. Yo fui uno de los otros tres...

Ha sido un año de crisis económica, de precariedad laboral. La política se revuelve y se entrecruza: la derecha adquiere una marcada conciencia social, mientras la izquierda socialista se vuelve privatizadora y económicamente más liberal. Los multimillonarios prometen ceder buena parte de sus fortunas a iniciativas filantrópicas, mientras la clase media es castigada duramente por la recesión, el paro y la sensación de inseguridad que invade el mercado. Aún así, el consumo no muestra una marcada tendencia a la baja, los restaurantes están llenos y las navidades coparon las tiendas. ¿Quién dijo crisis? En parte, lo decimos todos, pero pocos la practican...

La televisión, salvo contadas series y algunos pocos programas, sigue siendo una porquería. Lo mismo parece ocurrir con el cine: 2010 ha sido un año de contadísimos buenos estrenos. Hace poco tuve que elaborar una lista con las 10 mejores películas y me costó una barbaridad. Más de alguna dejé pasar con una criba más laxa, porque apenas llegaba a las 6. Y en TV, lo mismo: si hacemos recuento de fracasos televisivos, las manos y los pies no nos alcanzan para contarlos. Año desastroso y complicado en este ámbito.

No obstante, me permito una frivolidad. Para mí 2010 ha sido un año muy especial y eso no me lo puede quitar nadie: ni la crisis ni los terremotos ni las inundaciones ni Belén Esteban... ¡Nadie! Pasa a mi historia personal por ser un año de revelaciones importantes, de amor incondicional y de mucho, muchísimo cariño y apoyo. Y por eso celebraré este final de diciembre con un gran GRACIAS y tal como Rita Barberá nos enseñó a hacerlo (en la foto).

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  1. Anónimo23:11

    Todo año en que pueda contar con esta familia maravillosa que Dios me presta, es bueno para mi.
    El amor soluciona todo y las distancias no pueden nada contra él.
    Si que fué un año difícila para Chile y los chilenos , pero todo se puede.
    El haber celebrado la Misa de Navidad en nuestra Iglesia levantada por el esfuerzo de todos los feligreses es la muestra de que el Amor todo lo puede y que los milagros existen. A 10 meses del terremoto ya tenemos donde cobijarnos.

    Te queremos mucho
    Mamá

    Y ya vendrán otros tiempos distintos con cosas buenas y malas , solo hay que disfutar las primeras y dejar las malas atrás.

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