Prefiero quedarme donde estoy

Muchas veces hemos oído la frase: "Cualquier tiempo pasado fue mejor". Pero, ¿fue mejor realmente? Tendemos a idealizar el pasado, a recordar prioritariamente las cosas buenas que nos ocurrieron, mientras nuestro cerebro oculta, tiñe o difumina ciertos episodios "traumáticos" o malos en nuestra vida. Y es lógico que así sea. Si bien aprendemos de lo positivo y lo negativo que nos ocurre, y eso nos convierte en las personas que somos actualmente, no podemos evitar la tendencia a darle más importancia a los buenos momentos.

Me pregunto esto por una pregunta que se planteó durante el almuerzo, recordando algo que se había comentado en los días previos. Sin recordar con exactitud la fuente, la idea era que se proponía que en la Edad Media se vivía mejor que ahora. Por supuesto que la primera reacción es a negarlo con una sonora carcajada. Pero pensándolo bien...

Si lo miramos desde el punto de vista sanitario, sin duda que estamos mejor ahora. En cuanto a derechos, también hemos avanzado. No obstante, si apuntamos hacia el pasado desde el punto de vista de la brecha social postcapitalista, del terrorismo y de la magnitud de los conflictos, probablemente no podamos aseverar con total seguridad nuestra respuesta.

La separación entre ricos y pobres se ha hecho abismal. Siempre han existido ambos extremos, pero ellos se han ido alejando en las últimas décadas. En cuanto al terrorismo y los conflictos, pasamos de situaciones locales o muy delimitadas, a una amenaza global.

Como en todo, creo que no existe una respuesta prudente ni suficientemente documentada. Las cosas cambian, evolucionan, mejoran o empeoran, pero es muy complicado comparar dos etapas distintas en el desarrollo social, económico, político y humano. Resultaría hasta peligroso hacerlo, porque podríamos caer en una falacia histórica que repercuta en un retroceso de ciertos privilegios o avances que jamás deberían volver atrás.

Me quedo con el ejercicio nostálgico: recordar personas, momentos, canciones, películas, series e hitos de mi niñez y adolescencia. Recuerdos buenos y malos, imborrables. Pero siempre llego a la misma conclusión: no volvería atrás por nada del mundo. Prefiero quedarme donde estoy y esperar tranquilamente un futuro lleno de intenciones, voluntades y deseos.

1/Post a Comment/Comments

  1. Anónimo02:05

    Tal como te decía a mi me pasa igual, no querría volver al pasado que fué muy bueno (claro, lo que no me gustó lo borré de una plumada),pero atesoro cada momento bueno o malo que me ha hecho ser lo que soy y que definitivamente no era años atrás.
    Cada año que pasa y cumplo, me hace disfrutar el tiempo que me queda.
    Mamá

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente