"Es como..."

Siempre me acuerdo de esta frase. Y todo gracias a una buena profesora que tuve en el colegio que decía que si comenzabas una respuesta con "Es como...", iba todo mal y no sabías bien lo que querías decir. "Las cosas son o no son, pero no son como..." o algo así dijo alguna vez.

Y es verdad. Cuando alguien no sabe muy bien como argumentar una respuesta o la forma de estructurarla, prefiere el camino fácil: "es como...". ¿Qué es un rombo? Es como un cuadrado, pero inclinado... o algo así. Mal, todo mal.

Esto me sirve como argumento para el tema del día: somos o no somos. Si miramos con distancia y altura, veremos que en nuestra vida hay muchas cosas que "son como", pero realmente no "son". En las relaciones de pareja "somos como" románticos o "somos como" fieles o "somos como" felices. Nuestros amigos "son como" las mejores personas, pero muchas veces no lo son directamente. Y así con el trabajo, el dinero, nuestros deseos, los sueños y la vida en general. Muchas cosas se nos quedan a medio camino de lo que deberían ser.

No sé si es por puro inconformismo o por simple dejadez, pero casi siempre depende de nosotros mismos el que las cosas sean un todo. Haciendo una evaluación, me aburren los que "son como" y, peor todavía, que pretenden "ser". Aquí me repito con un post de hace algún tiempo, pero estoy cansado de los mensajes en plan: "estamos tan desconectados últimamente", "podríamos quedar", "llámame y ya veo si tomamos algo", "hace tiempo que quería hablar contigo..." o "es que estoy ocupadísimo(a)". Y claro, como el resto de los mortales nos tocamos las pelotas el día completo, siempre tenemos tiempo libre.

Si yo no llamo es por alguna razón, pero no se la restriego a la gente en la cara. No te llamo porque no quiero o no puedo y punto. No hay más. Pero no le digo a nadie "me tienes abandonado" o "te extraño". Cuando alguien me dice eso, me dan ganas de partirle la cara y decirle, ¿eres imbécil? No hay nada en el mundo que tenga una solución más fácil: me llamas y nos vemos. Que no puedo hoy, mañana o pasado, ya quedaremos el siguiente día. Pero la excusa "es que siempre estás tan ocupado" no me vale. Sí, hago muchas cosas ahora mismo, pero salvo contadísimas excepciones, nunca he dejado a nadie colgado.

Volviendo al tema de "somos o no somos", los amigos que más disfruto y extraño son aquellos que no van con recochineos ni chantajes emocionales. Podemos estar meses o años sin hablar o vernos, pero es cosa de encontrarnos y sentir que nos vimos ayer, que cambiamos, crecemos, pero seguimos siendo los mismos. Son aquellos a quienes no tengo que explicarles nada irrelevante para justificar lo cotidiano, sino que basta con mirarnos a la cara para saber cómo estamos. Esos sí que son amigos y no como...

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  1. Anónimo17:52

    Tomás, no se si eres como mi hijo más parecido, o como mi hijo precioso, o como ja ja ja tienes toda la razón y lo peor es que la gente del como me empelota. Acabo de chu...... a una vieja que no me devolvía las llamadas y tuve que emplear la sangre italiana, o sea no como me va a llamar, sino dígale que me llame AHORA, claro que llamó a tu papá que es más mansito o mensito???????????????el Padre Marcos dice que hay una línea muy delgada que separa uno del otro.Pero llamó y algo sacamos.

    Es como si fuera tu madre y te quisiera

    Mamá

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  2. No se nota, madre. No se nota...

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